Cuando un descubrimiento se convierte en un invento… y se transforma en innovación
El término «innovación disruptiva» se utiliza con mucha frecuencia, pero a menudo de forma incorrecta. Si la innovación «incremental» permite mejorar una técnica ya existente, la innovación disruptiva implica un verdadero cambio de paradigma. Proporciona una solución a un problema que no se creía necesariamente que tuviera solución, o incluso a una situación que no siempre se identificaba como problemática. Su adopción rara vez es rápida, ya que los futuros usuarios no siempre ven sus ventajas; de ahí la necesidad de que sus diseñadores realicen grandes esfuerzos para dar a conocer todo su potencial. Nuevos usos, nuevas prácticas, nuevos comportamientos, nuevo valor añadido… Una innovación disruptiva es todo eso y mucho más. ¿Ejemplos del pasado? La invención del automóvil, la televisión o, más recientemente, la pantalla táctil, la fotografía digital o Netflix, que está cambiando por completo la producción y distribución de películas y, con ellas, toda la cadena de valor asociada. Estas innovaciones rompen con los modelos operativos anteriores y abren nuevas posibilidades.